MARQUESINA

lunes, 14 de diciembre de 2009

EL RATONCITO PÉREZ
Y
LA RATONCITA PRESUMIDA
EN EL TEATRO DE LAS RUINAS


DE SUCHITOTO



El pasado sábado 28 de noviembre, Teatro Hamlet se hizo presente en el Teatro de las Ruinas de Suchitoto para llevar diversión a todos los niños del municipio. Esta función que Nelson Portillo y el grupo, regalan a la Ciudad de Suchitoto es, en primer lugar, un reconocimiento al incansable trabajo de don Alejando Coto y del Patronato del Teatro de las Ruinas por la restauración de una plaza cultural que sin lugar a dudas, se posicionará como una de las más importantes de nuestro país.


Hace ya siete años que visitamos el teatro con nuestra producción infantil, y es justNegritao y necesario, en honor a la verdad, reconocer el trabajo constante por su restauración, en aquellas primeras visitas el teatro no era más que cuatro paredes de piedra y, por dentro, pisos de tierra, sin baños ni energía eléctrica, los reflectores los encendíamos con una extensión traída de una casa vecina, a donde también nos prestaban los baños, los murciélagos jugaban con nosotros y se divertían revoloteando entre los asombrados espectadores.
El tiempo ha pasado desde entonces, lo fuimos viendo cambias, crecer, desarrollarse, hoy por hoy, sus pisos de cerámica nos reciben limpios y frescos, el escenario cuenta con una tarima renovada, los niños ya no se sientan en el piso de tierra, claro, los que no alcanzan sillas, sino en un piso encementado y limpio. Las luces y el sistema eléctrico ya no tienen que ser alimentados por una extensión y los baños son una belleza, el camerino cuenta con su espejo especial y con amplios balcones a la calle que permiten la entrada de aire fresco.
Para los que amamos el teatro este es el mejor pago, ver la resurrección de un espacio de por sí mágico, pero sobre todo, increíblemente necesario para el crecimiento de un pueblo.
Como en años anteriores, la función estuvo totalmente llena
, hubo gente que tuvo que irse porque no pudo entrar, los niños rieron y aplaudieron a la Ratoncita Presumida y al Ratoncito Pérez y la magia del escenario los llevó hasta el Bosque de las Maravillas para vivir con sus personajes una historia que al final pretendía ayudarles a ser mejores seres humanos.
Después de la función don Alejandro y Pascal nos invitaron a comer al Restaurante Hotel “Los Almendros”, propiedad de Pascal. Una cena exquisita en un lugar maravilloso por lo que agradecemos a Pas cal su cariño y apoyo a esta actividad. Disfrutamos y la pasamos de lo mejor, sobre todo yo que devoré el postre, un exquisito tiramissu helado.
También, en esta oportunidad, queremos agradecer el patrocinio del Ministerio de Turismo, que aportó fondos para nuestra presentación, algo que nos sorprendió muy gratamente y que agradecemos profundamente porque esto demuestra que nuestras nuevas autoridades están valorando realmente el trabajo de los artistas nacionales, así que muchísimas gracias al MITUR y a SUCHITOTO por su cálido corazón y sincero abrazo.






EL RATONCITO PÉREZ Y LA RATONCITA PRESUMIDA
EN ESCENA 2009:
¡LLENO TOTAL!




Este año la Secretaría de Cultura de la Presidencia tuvo a bien invitar al Grupo de Teatro Hamlet al festival y muestra nacional de Teatro “ESCENA 2009” con su más reciente producción: “El Ratoncito Pérez y la Ratoncita Presumida”.



Es la primera vez que Hamlet participa en esta muestra por invitación y para todo el grupo ha sido una experiencia maravillosa, fueron dos funciones el sábado 21 de noviembre en la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador, como es de esperar nos encontrábamos, más que nerviosos, emocionados porque tenemos que entender que los espacios del Teatro Nacional representan las plazas más importantes del país para las artes escénicas. Es el lugar en donde todos los actores quisiéramos trabajar, en donde lo mejor de lo mejor debe montarse y estar al alcance de todos los salvadoreños.
La restauración del Teatro ha sido una obra de arte: pintura, butaquería, decorados, telón, palcos, alfombras, baños, camerinos… En fin, todo como en sus mejores tiempos.
La primera función fue a las 10:00 am, un poco antes de empezar nos dijeron que había mucha gente, que había una cola muy grande conformada por personas que venían de todas partes a ver a los Ratoncitos en escena, pero no entendimos hasta que se abrió el telón: ¡LLENO TOTAL! MÁS DE 650 PERSONAS, el teatro tiene una capacidad para 630 espectadores, la superamos, se pusieron sillas extras y al abrirse el telón la visión era maravillosa, impactante y muy, pero muy, feliz.
Rompieron record” nos dijo un compañero del teatro, "no habíamos tenido un lleno como este desde hace mucho tiempo, es increíble”. Y la verdad, fue increíble, los aplausos, las risas de los niños y adultos, la participación del público en el juego escénico de los actores, las luces, la música, todo contribuyó para hacer de la función un espectáculo de primer nivel, un espectáculo que no tiene nada que desearle al teatro infantil de países más desarrollados. Con tanta felicidad, fuimos cautelosos, no quisimos pensar que las maravillas podían repetirse en el mismo día y nos dijimos que, tal vez, la función de la tarde no estaría tan llena.
Nos EQUIVOCAMOS, si en la primera el lleno fue total, para la segunda hubo muchísima más gente que no pudo entrar, nuevamente el aplauso al subirse el telón y al aparecer el Hada del Bosque, nuevamente las voces de los niños apoyando a la Ratoncita, nuevamente los aplausos al baile de los personajes, nuevamente el abucheo al gato malo, nuevamente los aplausos al héroe, el Ratoncito Pérez, nuevamente el saludo final, todos, con un nudo en la garganta y agradeciendo a ese maravilloso lugar la oportunidad de llevar, más que nuestro trabajo, nuestra pasión al público salvadoreño, ver reconocido el esfuerzo de tantos años que Nelson Portillo y José Antonio Ramírez, junto con el elenco del grupo, han realizado todo este tiempo, ver que los salvadoreños nos conoce, reconocen y quieren, ¿cómo no llorar desde el fondo del corazón del actor ante tanta magia y cariño?… Y luego, salir al vestíbulo, recibir los abrazos de los niños, tomarse fotos con ellos, escuchar a los adultos contarnos como se emocionaron, como se sintieron niños nuevamente, ver las sonrisas y, a veces, el susto de los chiquillos al acercarse a los personajes…
En fin, un día que no olvidaremos tan fácilmente y por el que agradecemos a la Secretaría de Cultura del la Presidencia y a los técnicos del Teatro Nacional que se esmeraron por darnos lo mejor de su conocimiento y manejo de las capacidades del teatro, pero sobre todo, a esos chicos, de más o menos años, que gritaron, aplaudieron y bailaron con El Ratoncito Pérez y la Ratoncita Presumida, a todos ellos, nuestro aplauso emocionado