MARQUESINA

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL HOGAR DE NIÑOS
DEL HOSPITAL LA DIVINA PROVIDENCIA
ACOGIO EN SU CORAZÓN A

"EL RATONCITO PÉREZ
Y
LA RATONCITA PRESUMIDA"


El hospital La Divina Providencia fue fundado hace más de treinta años con el propósito de atender a personas que sufren de cáncer en cualquiera de sus manifestaciones. Sor Lucita recuerda como le rogó a La Divina Providencia por que les proveyera con un terreno lo suficientemente grande para fundar el hospital, también le puso una cartita pidiendo para la construcción y más tarde, otra cartita, pidiendo por el sustento del hospital y todos los que ahí laboraban y recibían atención. "Llevo 46 años en esta comunidad y ni un solo día de todos estos años nos ha faltado nada, siempre La Divina Providencia y la Virgencita del Carmen nos han acogido bajo su tutela y nos han proporcionado lo suficiente para cubrir nuestras necesidades", así nos cuenta Sor Lucita como ha estado su vida siempre bendecida, no por la abundancia, pero por el sustento de sus necesidades como comunidad y de las necesidades de sus queridos hermanos enfermos.

"Pero un día-nos cuenta-teníamos una enfermita que agonizaba, que sufría mucho, y yo me le acerqué y le dije que se pusiera en las manos de Dios, que se liberara de sus ataduras, que iría a un mejor lugar, sin dolor, sin angustias, y entonces ella me dijo:"¿Y mis hijos?" Entonces comprendí-continúa-que su dolor más grande era dejar en la orfandad a sus niños, y yo sin saber con qué ni cómo, le dije que no se preocupara, que nosotros nos haríamos cargo de sus chiquitos, que se fuera en paz... Murió a las dos horas, después de una muy larga agonía, por fin descansó..." Con esta anécdota nos cuenta Sor Lucita cómo nació el Hogar de Niños La Divina Providencia, que son hijos de los y las enfermas de cáncer que están internos en el hospital y que no tienen con quien dejar a sus pequeños, cuando fallecen los niños cuentan con un hogar y una familia compuesta por las hermanas y por los demás niños.

El hogar es muy hermoso, sus instalaciones amplias, limpias, como un colegio con todas sus facilidades y comodidades, con una Capilla hermosísima, jardines, canchas, dormitorios y aulas, y una finca en la que los chicos ayudan en el cultivo de muchas variedades de frutas y hortalizas.
Para el Grupo de Teatro Hamlet ir con nuestra producción a compartir con estos niños que sufren por la pérdida de sus padres y que quedan solos en la vida, ha sido una experiencia conmovedora, pero que nos llena de alegría y satisfacción porque para todos nosotros lo más importante es provocar la sonrisa en los rostros infantiles, provocar la imaginación, liberar por un segundo el dolor y la tristeza y darle paso, a la fantasía y a la ingenuidad a la que todos los niños tienen derecho, por eso, estoy segura, esta ha sido la primera vez que les visitamos, pero no será la última.

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